La idea era desconectar de la universidad y disfrutar de la naturaleza y el esquí.
Fuimos un total de nueve personas. Había mucho experto esquiador y gente que esquiaba por primera vez como Javier y Juan Carlos, pero rápidamente les enseñamos los movimientos básicos y pronto estaban ya lanzándose por las pistas rojas.
Este tipo de excursiones están muy bien porque te encuentras en situaciones distendidas y distintas. Haciendo una tortilla de patata se afianzan las amistades. Os recomiendo hacer este tipo de viajes con los demás y salir del colegio mayor, aunque no sepas esquiar ni hacer tortillas de patatas, y vivir aventuras por los montes del mundo...
Este mes de febrero se presenta prometedor. Ya hemos planificado una salida a la cabaña de Massarojos, una excursión a la Sierra de Cazorla con Antonio, un viaje al corazón de La Rioja de la mano de Juan Carlos... como veis empezamos fuertes el año.
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